
Inspecciona las almohadillas regularmente: Revisa las almohadillas de tu perro con regularidad para detectar signos de daño, como cortes, ampollas, raspaduras, inflamación o grietas.
Mantén las uñas de tu perro recortadas: Las uñas largas pueden hacer que los dedos de los pies se separen y las almohadillas se estiren demasiado, lo que aumenta el riesgo de lesiones.
Evita caminar en superficies abrasivas: Trata de evitar que tu perro camine en superficies abrasivas, como asfalto caliente o superficies rocosas, ya que pueden dañar las almohadillas.
Hidrata las almohadillas de tu perro: Las almohadillas pueden secarse y agrietarse si están expuestas a temperaturas extremas o al agua salada. Aplica una crema hidratante especial para las almohadillas de tu perro para ayudar a mantenerlas suaves e hidratadas.
Limpia las almohadillas después de caminar: Limpia las almohadillas de tu perro con un paño húmedo después de caminar, especialmente si ha caminado en superficies sucias o con químicos.
Usa botas para perros: Considera usar botas especiales para perros cuando camines en superficies duras o frías para proteger las almohadillas.
Recuerda que cuidar las almohadillas de tu perro es una parte importante del cuidado general de su salud y bienestar. Si notas algún signo de lesión o daño en las almohadillas de tu perro, consulta con un veterinario para recibir tratamiento.